Es el momento de sembrar remolacha: garantizamos el mejor precio de los últimos 10 años
28 marzo, 2022Preguntas y respuestas sobre el nuevo PDR 23-27 para la remolacha
12 abril, 2023Juan Pedro Medina Rebollo tomaba posesión en su cargo de “Director General de la Política Agraria Comunitaria” el 2 de agosto de 2019, una posición que ostentaba desde el 10 de julio de 2003. Leyendo su currículo no podemos sino confirmar su dedicación de toda una vida a los agricultores y al mundo agrario, desde su entrada en la Administración regional como funcionario en el Cuerpo Facultativo Superior de Ingenieros Agrónomos en 1992. Desde entonces, Juan Pedro ha pasado por numerosas funciones, todas ellas relacionadas con la gestión y tramitación de ayudas del FEOGA, con diferentes responsabilidades: Coordinador, Jefe de Servicio, Técnico Facultativo, Jefe de Sección….
“Mucho ha llovido” en la vida de este funcionario, hoy alto cargo, que, a pesar de lo complicado de su agenda y de las fechas navideñas no ha dudado en responder a AIMCRA para participar en esta entrevista. Vaya por delante nuestro agradecimiento sincero a la misma y el reconocimiento a su trabajo al sector agrario durante todo este tiempo.
- Juan Pedro, tu nombre aparece en internet como un “ceviqueño ilustre”. En la medida de lo posible, háblanos de tus primeros contactos con el mundo agrícola en Cevico de la Torre (Palencia) y cómo llegó la decisión de opositar el Cuerpo Superior de Ingenieros Agrónomos.
En mi caso elegir como profesión ser Ingeniero Agrónomo no fue una decisión difícil, nací en un pueblo de Palencia, en el seno de una familia de agricultores y ganaderos, por tanto, desde muy pequeño, tuve la gran suerte de conocer las tareas agrícolas y ganaderas, y también influyó mi padre, que tenía empeño en que fuera Ingeniero Agrónomo.
Así, desde mi infancia he conocido muchas de las labores y tareas agrícolas y ganaderas. En muchas ocasiones, presumo de dos sectores principalmente: del ovino y del sector de la remolacha, en el que recuerdo trabajos de gran esfuerzo como escardar, entresacar, escular, cargar los remolques, hacer colas para su entrega en la fábrica azucarera, que hoy en día o no se realizan o necesitan menos esfuerzo físico, sin duda, por la modernización y profesionalización del cultivo.
Es relevante que el modelo de agricultura y ganadería que conocí en mi infancia es lo que hoy podíamos asemejar a los nuevos conceptos de bioeconomía o economía circular. Eran muchas las familias agrarias rurales que, además de la parte agraria, disponían de ganadería que aprovecha los subproductos: graznas, paja, rabillos de remolacha, pulpa… y, ésta a su vez, proporcionaba abono orgánico, además de algunos productos para autoconsumo como los lechazos o el queso artesanal, aprovechando las épocas estivales y el secado.
- Según el Ministerio de Agricultura, “el nuevo reglamento europeo supone un cambio sustancial en la PAC, que pasa de ser una política basada en la descripción de los requisitos que deben cumplir los beneficiarios finales de las ayudas, a una política basada en la planificación estratégica”. ¿Podrías explicarnos, brevemente, cuál sería la planificación estratégica agrícola de la Comunidad?
En la nueva reforma PAC 2023-2027, se efectúa un nuevo planteamiento enfocado en la consecución de resultados. Esta nueva formulación supone un cambio de paradigma, pasamos de un desarrollo normativo muy detallado y prescriptivo a nivel de la normativa de la UE, a una nueva PAC enfocada en la consecución de resultados.
La Unión Europea fija los parámetros estratégicos básicos, acordes con los objetivos de la PAC, que deben dar cumplimiento no solo a las obligaciones que impone el Tratado fundacional de UE, sino también a los objetivos y metas ya acordados, por ejemplo, con respecto al medio ambiente, el cambio climático (COP 21) y una serie de objetivos de desarrollo sostenible. Cada uno de los Estados miembros deberá elaborar un documento de planificación estratégica «PLAN ESTRATÉGICO DE LA PAC» que abarque las intervenciones previstas tanto para el primer y el segundo pilar. A este respecto, las intervenciones del primer pilar tienen un carácter nacional para el conjunto del estado y es en las intervenciones del segundo pilar donde se recogen las prioridades de carácter territorial de cada una de las autonomías.
En este sentido, la Comunidad ha defendido la necesidad de mantener principalmente un enfoque agrarista, cuidando la ambición ambiental que requiere el nuevo periodo de programación. Por ello, en el conjunto de intervenciones destacan las destinadas a las infraestructuras agrarias, incluyendo los regadíos, las ayudas agroambientales y la agricultura ecológica, así como otras medidas como las inversiones en explotaciones agrarias y la incorporación de jóvenes agricultores. Todas ellas contarán con un espacio importante en estas intervenciones territoriales.
En todo caso, una premisa que siempre hemos manifestado y defendido como posición de Comunidad, para lograr la sostenibilidad ambiental, es que se precisa una sostenibilidad económica, sin olvidar la social, que consiga que haya habitantes en el medio rural, pues el abandono del campo es la más perniciosa práctica medioambiental.
- ¿Podrías explicarnos brevemente los instrumentos que trae la nueva PAC (condicionalidad reforzada, ecoesquemas, intervenciones territoriales…)?
La nueva PAC pone especial énfasis en una mayor ambición climática y medio ambiental. En este sentido, se establece la necesidad de que al menos el 40 % del gasto se destine a intervenciones que tengan un impacto favorable para el clima y el medio ambiente, y del 10% a objetivos de biodiversidad. Además, se han aceptado dos elementos clave de la propuesta de la Comisión: el principio de «no retroceder» y el vínculo jurídico entre los planes de la PAC y la legislación sobre el medio ambiente y el clima.
La nueva «arquitectura verde» se basa en tres elementos principales: condicionalidad reforzada, ecoesquemas y las intervenciones del segundo pilar, vinculadas a las medidas de agroambiente y clima.
El primero de los elementos son normas de obligado cumplimiento por todos los agricultores en materias de carácter ambiental y de bienestar animal para poder percibir, de forma íntegra, las ayudas directas y algunas de desarrollo rural. En el caso de ecoesquemas o las medidas de agroambiente y clima, corresponden a compromisos que el agricultor puede asumir con carácter voluntario y relacionados con exigencias de nivel más elevado a las que se establecen como “línea base” en la condicionalidad reforzada, diferenciándose, entre ambas principalmente, por el periodo que comprende el compromiso voluntario, un año en el caso de ecoesquemas y de 5 a 7 años en las medidas de carácter ambiental
- ¿Cuál es tu visión de estos instrumentos para los remolacheros? ¿Crees que están preparados para acceder a los mismos?
Del nuevo enfoque o modelo de una PAC con mayor ambición ambiental, subyace la necesidad de transformar nuestro modelo de producción hacia un modelo más sostenible ambientalmente.
En este sentido, hay cuestiones que para los cultivadores de remolacha no suponen esfuerzos adicionales como es el concepto de rotación de cultivos incorporado a la condicionalidad reforzada. Asimismo, el colectivo remolachero siempre ha sido una referencia en el uso de las nuevas tecnologías y de un uso cada vez más eficiente de los input y de los recursos naturales como el agua, en buena parte por el asesoramiento técnico cercano y directo, recibido de las asociaciones de apoyo al sector como es AIMCRA, cuyas líneas de trabajo siempre se han orientado a buscar como producir más con menos.
- Por concretar, hasta ahora un agricultor remolachero en Castilla y León percibía, además del pago básico, una ayuda asociada a la remolacha y otra ayuda conocida familiarmente como “el PDR” si cumplía una serie de requisitos agroambientales. A partir de la cosecha del 2023, estas ayudas se transformarán en los instrumentos antes mencionados. ¿Qué nos puedes contar de estas nuevas ayudas de las que se podrán potencialmente beneficiar los cultivadores de remolacha y de sus importes?
Los agricultores activos recibirán las ayudas de la nueva PAC integradas en lo que se denominan pagos disociados de la producción en un modelo similar al periodo actual y cuyo componente principal será la ayuda básica a la renta que seguirá estando vinculada a la disposición de nuevos derechos de pago vinculados a un modelo de regiones simplificado y que será complementado por dos nuevos pagos directos: el pago redistributivo, que es un pago complementario a la ayuda base pero dirigido a las primeras hectáreas de la explotación, y la ayuda voluntaria en el caso de los ecoesquemas. Además, si el remolachero es joven agricultor podrá percibir, en su caso, el pago complementario de esa ayuda.
Además, en el modelo de aplicación de la PAC en España y en concreto en el apartado de las ayudas asociadas se contempla mantener la ayuda asociada al cultivo de remolacha, amparada por un contrato para la producción de azúcar. El importe de la ayuda se configura como un importe por hectárea independiente del rendimiento de remolacha que el productor obtenga, si bien las ayudas se distribuyen como en el periodo actual en la zona de siembra primaveral (norte) y zona de siembra otoñal (sur). El importe por hectárea fijado para la zona resulta de la división del importe global asignado entre la superficie esperada, que supone que para un rendimiento medio de 100 toneladas/hectárea, sería 592 euros por hectárea, en la zona norte de siembra primaveral, en el caso de que la superficie fuera menor, podría alcanzar un importe máximo de 900 euros/ha.
Asimismo, en el marco del desarrollo del Plan Estratégico Nacional, actualmente en elaboración, se han propuesto desde Castilla y León intervenciones territoriales de medidas de Desarrollo Rural (equivalente al actual Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León para el periodo 2014-2020), de forma que se ha incluido en el epígrafe de medidas agroambiente y clima una dirigida expresamente a los cultivos agroindustriales sostenibles y de remolacha azucarera. Mediante esta ayuda agroambiental se pretende contribuir al mantenimiento de este cultivo de gran tradición en la agricultura de Castilla y León, fomentando su gestión sostenible y contribuyendo de forma directa a la mitigación del cambio climático, puesto que la remolacha azucarera destaca por ser uno de los cultivos con mayor capacidad de fijación de CO2 atmosférico
Para esta medida agroambiental se establece una prima en torno a 500 euros/ha.
- El Plan Estratégico de la PAC en España tendrá que cobrar forma jurídica a través de la legislación nacional y autonómica. ¿Nos puedes contar en qué punto estamos?
El pasado 29 de diciembre, el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación remitió el documento de planificación estratégica «PLAN ESTRATÉGICO DE LA PAC» que abarca las intervenciones previstas en España, tanto para el primer pilar y el segundo pilar en el que se contemplan todas las intervenciones territoriales propuestas por las comunidades autónomas.
Estos planes estratégicos no se elaborarán de forma aislada, sino en el marco de un proceso estructurado y corresponderá a la Comisión Europea evaluar y aprobar dichos planes, en un plazo en torno a seis meses desde su presentación.
Paralelamente, y a la espera de obtener la aprobación del Plan, en el ámbito nacional es necesario desarrollar la normativa reglamentaria correspondiente. En este sentido, se estima que será necesario desarrollar, o en su caso adaptar del orden de 20 textos reglamentarios, incluso alguno tendrá rango de Ley, como lo es el anteproyecto ya presentado de la ley que establece las normas para la aplicación y gestión de la nueva Política Agraria Común (PAC) en España, con el objetivo de posibilitar una aplicación homogénea de ésta en todo el territorio nacional.
Asimismo, en el ámbito autonómico, tendremos que desarrollar en el año 2022, la normativa de aplicación para las diferentes convocatorias de medidas y de forma especial las relacionadas con las intervenciones territoriales del segundo pilar.
Por tanto, será a partir del segundo trimestre de 2022 cuando se someta a información y consulta pública una ingente cantidad de proyectos normativos nacionales y autonómicos, con el objetivo de su aprobación en el segundo semestre del año, de forma que todo esté preparado y finalizado para la entrada en vigor de la nueva PAC el 1 de enero de 2023.
- Según el Itacyl, “la remolacha azucarera destaca por ser uno de los cultivos con mayor capacidad de fijación de CO2 (dióxido de carbono) atmosférico, por lo que su mantenimiento supone contribuir de forma directa a la mitigación del cambio climático”. Este hecho, con frecuencia desconocido, parece a priori muy interesante en el contexto de la mitigación del cambio climático. ¿Crees que podría tener algún impacto positivo a nivel de las ayudas al sector y en cuanto a su incentivo como cultivo ideal para la rotación?
Parece una obviedad decir que la remolacha es un “cultivo VERDE”, ya que es un cultivo que exige la rotación y, por tanto, muy en línea con uno de los principales pagos de la PAC actual como es el pago verde o con los nuevos requisitos de la arquitectura verde “condicionalidad reforzada”.
Además, el cultivo de remolacha contribuye a la reducción de la huella de carbono. Según un estudio de Itacyl, ACOR y Azucarera, sobre el balance de carbono en remolacha azucarera y otros cultivos de regadío en Castilla y León, descontando las emisiones provocadas por la producción del cultivo y por la industria azucarera, el balance sigue arrojando un saldo positivo de fijación de 36,3 toneladas por hectárea. Se evidencia así la contribución positiva de la remolacha en la reducción de la huella de carbono en la atmósfera y su contribución positiva a la mitigación del cambio climático.
Es importante señalar que el día 15 de diciembre de 2021, la Comisión ha adoptado una comunicación sobre ciclos sostenibles del carbono, en la que se establece cómo aumentar las absorciones de carbono de la atmósfera, en el marco del Pacto Verde Europeo. Destacar que, en la presentación del documento, el comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, indicó que “la agricultura de carbono fortalecerá la contribución de los agricultores y silvicultores a la descarbonización de nuestra economía, al proporcionar ingresos adicionales a los agricultores, al tiempo que se protege la biodiversidad, aumenta la resiliencia de las explotaciones frente a los desastres naturales y garantizar la seguridad alimentaria”.
Estas afirmaciones tienen que servir para fortalecer la reivindicación del sector agrario en su contribución positiva a la mitigación del cambio climático y que espero que, en un futuro próximo, se reflejen y plasmen de verdad en instrumentos de apoyo adicionales a los agricultores
- ¿Cuáles son tus expectativas del juicio que está haciendo la Comisión Europea sobre el Plan Estratégico de la PAC español? ¿Qué te parece destacable en positivo de dicho Plan? ¿Qué crees que podría ser mejorable?
El comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, en la visita a España el pasado día 14 de enero, señaló que se llevaba una primera impresión muy positiva del Plan Estratégico de España y una buena valoración inicial, previa al examen pormenorizado de la propuesta española.
No obstante precisó que, “evidentemente, los servicios de la Comisión tenían que analizar las más de 4.000 páginas que componen el plan”, remarcando que recoge todos los aspectos importantes como “los pagos redistributivos y los ecoesquemas”, y destacando que el plan español incluye medidas para el secuestro de carbono, un aspecto “muy importante para el futuro” ya que la Comisión está preparando una propuesta para que los agricultores puedan recibir unos ingresos gracias a las buenas prácticas en el secuestro de carbono a través de sus cultivos.
En mi opinión, uno de los aspectos destacables del documento de planificación estratégica es el trabajo realizado de análisis de la situación de partida y ello es en una parte muy importante del contenido de las más de cuatro mil páginas, sin duda es una buena radiografía del sector agrario en general con análisis y conclusiones muy interesantes, que han sido la base para el diseño de las medidas y metas a alcanzar.
En la parte negativa, siempre bajo mi opinión, está el excesivo componente o análisis mediambiental, un camino que por ahora no tiene retroceso y que nos puede llevar a planteamientos excesivamente sesgados e ideológicos que puedan poner en peligro la sostenibilidad económica y también la alimentaria de Europa. Espero, aunque es mucho desear, que Europa responda rápido y esa capaz de orientar de forma adecuada sus propuestas si los indicadores y señales de la puesta en marcha del modelo nos conducen hacia un camino sin salida.
Asimismo, me sorprenden afirmaciones como la referencia del comisario al plan y las medidas para el secuestro del carbono. Supongo que será algún lapsus, y por ello creo que es algo a mejorar en un futuro al contrario de lo que ha pasado con la actual reforma. Debemos ser capaces de exigir la modificación de las tendencias a las que nos han llevado las últimas reformas y que se resumen en hacer más con menos presupuesto. Pasó en la reforma de 2013, un mismo presupuesto a repartir entre más estados y más agricultores, y de nuevo se reproduce en la nueva reforma, un presupuesto congelado desde hace más de 15 años y con mayor esfuerzo por parte de los agricultores.
- El cultivo de remolacha tiene mucho que ver con la gestión eficiente del agua y la energía, que contribuyen notablemente a la competitividad del cultivo. Desde AIMCRA llevamos años promoviendo activamente el “riego solar” mediante placas fotovoltaicas y la eficiencia del uso del agua a través del prediagnóstico de la explotación. ¿Podría explicarnos qué ayudas existen para que los agricultores se sumen a estas dos cuestiones? ¿Les animarías a solicitarlas?
En respuesta a una pregunta anterior, he indicado como los remolacheros siempre han sido pioneros en el uso y gestión eficiente de los recursos naturales y de los insumos y, en definitiva, de un modelo de producción sostenible amparado en el conocimiento, el uso de las nuevas tecnologías y la investigación. En este sentido, y como respuesta al COVID, son importantes los fondos extraordinarios disponibles en los próximos dos años dentro de los mecanismos de recuperación y resiliencia, y cuyo destino en el ámbito del sector agrario y agroalimentario se vinculan al uso de nuevas tecnologías, agricultura de precisión, energías renovables… todo ello en un modelo de producción con menor dependencia del uso de energía fósil y de preservación de los recursos naturales: suelo, agua y aire, al que la Comisión Europea nos quiere dirigir con el Pacto Verde Europeo y conseguir ser climáticamente neutra en 2050.
Por ello, si el camino o la senda marcada por Europa para la recuperación económica y modelo de producción futuro es meridianamente claro, y además en estos años hay disponibilidad de fondos, los agricultores deben aprovechar la oportunidad de modernizar sus instalaciones y adaptar sus métodos de producción hacia una agricultura más inteligente, productiva y sostenible.
- Las políticas europeas medioambientales son claras en cuanto a la limitación de uso de sustancias y principios activos en agricultura. ¿Cuál es tu visión “práctica” de esta cuestión? ¿Cómo ves que parte de los avances futuros se basen en el desarrollo de nuevas variedades resistentes a plagas y enfermedades basadas en nuevas técnicas genómicas?
A la propuesta de la PAC, se añaden en el último año estrategias de planificación a futuro en el marco del denominado Pacto Verde Europeo, con dos iniciativas más relacionadas con el sector agrario como son con las Estrategias de la Granja a la Mesa y la de Biodiversidad.
De todo ello, subyace la necesidad de adaptarnos hacia un modelo más sostenible ambientalmente, orientado a un uso más eficiente de los fertilizantes, teniendo en cuenta las características de los suelos y las necesidades reales de los cultivos; reducir el uso de los productos fitosanitarios; mejorar la conservación del suelo; reducir el uso del agua y mejorar su calidad; facilitar el secuestro de carbono en los suelos agrícolas y forestales; y reducir el uso de combustibles fósiles y de plásticos.
No obstante, resulta al menos curioso que desde la Comisión Europea se insista en esa mayor ambición ambiental con un modelo que propugna la reducción del uso de inputs (fertilizantes y fitosanitarios), sin disponer de análisis de impactos. A este respecto, se toma como referencia el informe realizado por el departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), titulado “Impacto de la reducción de insumos en la economía y la seguridad alimentaria en el marco de las estrategias de la granja a la mesa y de biodiversidad”, que estima supondrá una reducción del 12 % en la producción agraria europea si se aplica de forma unilateral en Europea, y a su vez se traduciría en subidas en los precios que impactarían en los hogares europeos.
Sin duda, para conseguir estos objetivos ambiciosos será necesario potenciar el conocimiento, la innovación y las nuevas tecnologías, incluidas las nuevas técnicas de edición genómica. En definitiva, será necesario avanzar hacia una tercera revolución de la agricultura, tras la revolución verde y la biotecnológica, basada principalmente en proveer a los empresarios agrarios de herramientas tecnológicas (apps, tablets, monitoring, Big Data, nuevas variedades, inteligencia artificial…) para facilitar la toma de decisiones con la finalidad de que el proceso productivo resulte lo más eficiente posible, lo que también representará un cambio de imagen del propio sector.
Las agriculturas deben ser rentables y los alimentos deben ser asequibles, incluso cuando reducimos la huella medioambiental de la agricultura. Para garantizarlo, hay que hallar un equilibrio entre las dimensiones ambientales, sociales y económicas. Las innovaciones tecnológicas que amplían la productividad son la única manera de satisfacer las tres dimensiones.
- En breve, Castilla y León empezará una nueva legislatura. Suponiendo que usted dejase de estar en su cargo, ¿de qué se siente más satisfecho tras todos los años de experiencia vividos en el puesto? ¿cuáles son las acciones, los avances realizados en todo este tiempo en el campo castellano y leonés que a su juicio no deberían perderse?
Mi experiencia en la administración comprende la mitad de la historia de la PAC, que precisamente, en 2022, cumple 60 años. Pero fue en 2003 el año que asumí la responsabilidad que me brindó el consejero Valín de ser Director General del Fondo de Garantía Agraria (escasamente un día) puesto que de inmediato la Dirección General pasó a denominarse Dirección General de Política Agraria Comunitaria, como en la actualidad.
Alguien me habrá escuchado lo intensos que fueron los primeros años, y cuales fueron tres de los grandes retos que, hoy, siguen siendo ejes principales en la gestión de la PAC:
– Primero: el establecimiento del SIGPAC como nuevo sistema de referencia de las parcelas agrícolas.
– Segundo: un nuevo sistema de ayudas desvinculado de la producción y sujeto a derechos históricos individuales con el respeto de la Condicionalidad.
– Tercero: tramitación de las solicitudes únicas con desarrollos informáticos propios y tecnología web por internet con gestión telemática y avanzando en una gestión electrónica total.
Momentos iniciales en los que tomamos decisiones valientes, difíciles y confiando en los equipos técnicos e informáticos de la Consejería. Ahora puedo decir que fuimos capaces de ganar la guerra. Una etapa de mi vida profesional de la que me siento muy satisfecho, ya que en lo referente a la gestión de las ayudas fue un avance indiscutible y un modelo válido a seguir. Sin olvidarme de la compresión, ideas y el respaldo que el propio sector me ha trasmitido en numerosas jornadas, de las que siempre he dicho que me llevaba algún deber al trabajo pero de las que también se compartían nuevas ideas.
Pasado esos inicios difíciles, año a año realizamos modificaciones para facilitar la gestión; contar cada vez con una mayor eficacia y rapidez en los pagos, que es lo importante; realizar mejoras continuas en los programas y con la ayuda del Itacyl desarrollamos una aplicación para los controles en campo; fuimos la primera comunidad autónoma en poner en marcha en todo el territorio la declaración geoespacial de la PAC y la gestión de custodia de documentos de forma informática… y, actualmente, ya somos pioneros en Europa en la implementación de controles utilizando la tecnología que proporcionan los satélites y modelos de predicción de cultivos y labores agrícolas denominada MONITORING, que será el modelo a seguir en la futura PAC 2023-2027.
Sin duda, algo que no debe perderse y que se debe reforzar, para conseguir un sector rentable y atractivo a los jóvenes, es potenciar el conocimiento, la innovación y las nuevas tecnologías, a la vez que compartir de forma más cercana y estrecha las experiencias con el propio sector con una imagen renovada y con cada vez un mayor nivel de preparación.
- Juan Pedro… qué mensaje lanzarías a los agricultores que estén pensado en sembrar remolacha o a los que ya la siembran…
La remolacha siempre fue un cultivo cabeza de alternativa y debe seguirlo siendo. Un cultivo de referencia y modernidad, además de garantía de ingresos, señas de identidad que son una fortaleza y oportunidad a la hora de planificar las siembras de la explotación.